Entrevista
Juan Luis Quincoces, Director General del Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC)
“La cantidad de soluciones que hay para evitar barreras es tremenda y no se aplican porque no se piensa en las personas”
18/12/2015
Blanca Abella - Imágenes: Jorge Villa
El director general del Centac se muestra preocupado por la rapidez en la evolución de las tecnologías y por las revoluciones tecnológicas que se viven en esta época, sin embargo señala a las personas como las grandes barreras en el acceso universal, a aquellas personas que no piensan en los ciudadanos a la hora de diseñar, instalar, implementar, vender y comprar productos tecnológicos. Al final, “la tecnología es una herramienta para las personas”, tal y como asegura Quincoces, y es necesario pensar en ellas desde la industria, las empresas y las administraciones para lograr “simplemente los mismos derechos para todos”.
La velocidad actual en los procesos de innovación tecnológica, ¿supone al mismo tiempo que un avance una barrera más en la accesibilidad universal?
La velocidad de desarrollo en el ámbito de las tecnologías es uno de los principales retos que tenemos, porque la evolución hace que vayamos resolviendo problemas y rompiendo barreras pero al mismo tiempo surgen nuevos servicios, productos y conceptos que al ser novedosos a menudo aparecen en ámbitos no regulados ni normalizados, y eso hace más difícil encorsetarlos en espacios que aparentemente hemos vencido y legislado. Hay que estar muy atentos para intentar promover incluso que el diseño nazca ya universal. Esto no es fácil cuando no son evoluciones de productos sino revoluciones. Cuando hay evolución por ejemplo de los móviles, es fácil que sean accesibles porque evolucionan ya sobre unos criterios de accesibilidad asumidos en modelos anteriores, pero cuando se producen revoluciones es más difícil, por ejemplo cuando aparece un elemento nuevo, como el ‘Internet de las cosas’. ¿Cómo está eso regulado? Esos nuevos elementos que aparecen a veces son muy disruptivos y hay que estar atento y ser creativo además de tener a los usuarios muy cerca para conocer sus impresiones en ese ámbito y promover que el producto se comercialice o se expanda lo más universal posible en su diseño.
"Ante tal calibre de información que hay se pueden hacer muchas deducciones, determinaciones o predeterminaciones, algoritmos de decisiones… la información que se puede deducir y las decisiones que se pueden adoptar son muy importantes"
Entonces, al problema de la evolución tecnológica se une el de la cantidad de tecnología que se produce, como ocurre con el ‘Internet de las cosas’ que usted menciona. El mundo entero es ya casi tecnología y su vigilancia supone también una mayor cantidad de trabajo, ¿no es así?
‘Internet de las cosas’ es una manera precisamente de llamar a un ámbito de desarrollo que ya nos empieza a inundar. Hasta ahora ha habido una lucha por que existan redes de comunicación entre las personas, pero llega un momento en el que ya en España, por ejemplo, hay un índice de penetración en el ámbito de móviles superior al 90 por ciento (el que no tiene móvil es casi seguro porque no lo desea), entonces, ya tenemos conexión entre las personas y de pronto nos encontramos con el siguiente paso, como es la ‘sensorización’ de las cosas, quiere decir que cuando pones un sensor que detecte cosas (un reloj que por ejemplo te da información de tu pulso o horas de sueño), esa información que recibe el sensor la transmite a algún sitio y en esa evolución, los objetos cotidianos empiezan a estar conectados a Internet (como esas neveras que te dan información de su contenido) y nos encontramos así con miles de millones de objetos, muchísimos más que personas, con capacidad de conectarse.
Aquí nacen dos grandes conceptos, uno de ellos es el ‘Internet de las cosas’, o sea que las cosas empiezan a estar conectadas y aportan información, y por otro lado se encuentra el mundo del ‘big data’, es decir, ante tal calibre de información se pueden hacer muchas deducciones, determinaciones o predeterminaciones, algoritmos de decisiones… si se obtiene información de lo que se compra con tarjeta, o de si subes a un autobús o a un taxi, si comes una cosa u otra y esa información la relaciono con la que recibo de las redes o de lo que pueda averiguar de esas personas, al final si hay un sistema capaz de albergar esa información, hay analistas detrás que tienen capacidad para predecir cosas, y si eso lo tienen de cientos de miles de personas y de millones de sitios, la información que se puede deducir y las decisiones que se pueden adoptar son muy importantes.
"Si el producto tecnológico es complejo, no es por culpa de que las personas no sepamos manejarlo, es porque está mal diseñado"
Las tecnologías a menudo son de difícil manejo para muchas personas, con y sin discapacidad, y supone una barrera importante para su uso y disfrute, ¿se puede lograr un fácil manejo ante tanta evolución y revolución?
Ya hace tiempo que hemos culpado a la tecnología de este problema. Las personas no son torpes por tener más o menos años, ni por tener discapacidad o poco conocimiento, el que pone la dificultad es la tecnología y hay que procurar no solo que sea accesible sino usable, fácil de acceder y fácil de adquirir. Al concepto de accesibilidad hay que incorporar siempre otros que de alguna manera están inmersos, como es el de usabilidad, o poder adquirirlo fácilmente, etc. si el producto tecnológico es complejo no es por culpa de que las personas no sepamos manejarlo, es porque está mal diseñado, debe ser más fácil.
Una ventaja que tenemos ahora los usuarios es que las empresas se han dado cuenta de que los productos exitosos son productos fáciles. Cuando han empezado a diseñar un producto simple, y no por ello menos potente, han tenido más éxito, más ventas.
¿Hay algo que se pueda señalar como el principal obstáculo o la gran barrera en el acceso a las nuevas tecnologías?, ¿o quizás es una suma de factores?
Creo que hay una suma de factores. Cuando hablamos de tecnología con palabras mayúsculas una de las mayores barreras que estamos encontrando es que muchas veces se desarrolla, se instala, se vende, se compra por el hecho de hacer un negocio, no por el hecho de buscar soluciones de personas, aunque creo que la tendencia empieza a cambiar. Nosotros llevamos varios años trabajando con mensajes, ‘memes’, que empiezan a calar, sobre ese tema, como por ejemplo, “no hay ciudad inteligente si no es accesible”. La realidad es que la tecnología es una herramienta, algo que debe servir para todas las personas, mayores, menores, con discapacidad y sin ella… si piensas en las personas las barreras disminuyen, pero si no piensas en ellas, en el fin último, puede ocurrir que nos encontremos con grandes instalaciones poco accesibles para muchas personas.
Es mayor la barrera conceptual que la barrera en sí del elemento mecánico. Hoy en día tenemos suerte porque hay más tecnología que la que sabemos usar, que la que conocemos y en este ambiente, no es una cuestión de dificultad tecnológica, la cantidad de soluciones que hay para evitar las barreras y no se aplican es tremenda y esto ocurre porque no se piensa en las personas, en los ciudadanos.
"Es muy difícil correr sin la Ley"
¿La legislación está logrando adaptarse a estos cambios y a la exigencia de accesibilidad para evitar las grandes brechas que crea o puede crear la tecnología?
Va muy lento y además es una carrera que casi siempre nace perdida. Estamos hablando ahora todavía de la accesibilidad de las web y no hay ninguna legislación para las ‘apps’, y hay millones de ‘apps’. Y hay un conocimiento perfecto de que el crecimiento en el uso de la movilidad está desplazando al ordenador y al portátil, cada vez se venden muchas más tabletas y soluciones móviles que unidades de PCs. En esa carrera, en ese espacio nuevo donde crecen todos estos elementos, hay leyes generales como son los derechos de las personas con discapacidad, pero necesitas también reglamentos y normativa que tiene que hacer aterrizar eso en una ‘app’ y otros elementos. Es muy difícil correr sin la ley. Y cuando empecemos a ver algo en el tema de las ‘apps’ nos daremos cuenta de que hay otros temas, como el ‘Internet de las cosas’ que nos habrán superado. La tecnología corre mucho y hay que estar muy atentos.
"Estamos intentando promover que las empresas, el mundo industrial y de diseño y fabricación, estén en este gran reto de la accesibilidad tecnológica"
Hace un mes el Centac celebró su 6º Congreso Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad, ¿cuál es su balance y cuáles los grandes temas que se pudieron abordar?
El congreso ha ido afianzándose como un congreso de referencia, de hecho ha habido más de 800 inscripciones, más de 100 ponentes y moderadores, y una presencia empresarial importante, suponía más de la tercera parte de los asistentes. Como reto, estamos intentando promover que las empresas, el mundo industrial y de diseño y fabricación estén en este gran reto y el Centac ahí tiene una posición privilegiada por el carácter público-privado de la fundación, esta mezcla estaba argumentada en su día precisamente para que nosotros también tuviéramos en nuestras cabezas esa capacidad de introducirnos en todos los sectores, el de la discapacidad por un lado y por otro el de las empresas y el sector público.
El congreso tocó elementos que al final son llamadas de atención a lo que viene, como el ‘Internet de la cosas’ o el ‘Big data’, también hemos hablado de robótica, porque hay ya miles de robots sociales que se están incorporando incluso en las casas de las personas. En España no llega, pero hay muchas casas que tienen ya un robot que les ayuda, que les habla, mide la temperatura… es toda una revolución. Y ante esto planteas, ¿qué legislación hay? Pues sí, la legislación industrial… el congreso ha tocado y dado pinceladas de todos estos aspectos como una llamada de atención a esa gran industria que viene o empieza a existir. Ha sido una llamada también a ese gran negocio pero también para que piensen que todo esto va a estar relacionado con las personas.
Son granitos de arena porque todo esto es muy complicado y el mundo es muy grande y en el Centac somos solo cinco personas. Pero lo bueno de este trabajo es que también podemos contar con el CERMI y su defensa en el ámbito de la legislación, con Fundación ONCE y su trabajo en otros espacios, mientras nosotros podemos vigilar el ámbito industrial de la empresa, por ejemplo. Esa complementariedad es importante para poder ir sumando en el mismo objetivo que tenemos todos, que es simplemente lograr los mismos derechos para todos.